El buen profesor de ELE
En la primera semana del curso
intentamos precisar qué características son las que definen a un buen profesor
de ELE. A partir de documentos como Las
competencias clave del profesorado de lenguas segundas y extranjeras del
Instituto Cervantes o de las infografías realizadas por los alumnos de la
asignatura, hemos visto que no es en absoluto una pregunta fácil de responder;
de hecho, pienso que no hay una
respuesta única ni correcta o incorrecta. Creo que cada docente tiene
que encontrar sus propias respuestas y que estas cambian necesariamente a lo
largo de nuestra trayectoria docente a medida que vamos definiendo nuestra
propia identidad como profesores. En la infografía que muestro arriba expongo
mis convicciones actuales, ancladas a mi momento vital y profesional. Asimismo,
está claro que la pandemia nos ha trastocado de forma profunda y nos ha hecho
replantearnos y transformar nuestro papel y nuestra forma de ver el proceso de
enseñanza.
Para terminar, al hilo de la
viñeta que comentamos en clase, os invito a leer la
siguiente entrada del blog jramonele.com para
seguir reflexionando sobre todas las dimensiones del profesor de ELE. ¿Podéis
añadir alguna más?
¡Hola Patricia!
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante tu blog y me ha encantado la frase "aprendiendo mientras enseño". Estoy muy de acuerdo con tus palabras cuando te refieres a que no hay unas características universales que automáticamente conviertan a cualquier docente en un buen profesor de ELE, sino que depende de una gran cantidad de aspectos.
De tu infografía me gustaría destacar la casilla de "encuentro entre personas", creo que es importante tenerlo presente, ya que en ocasiones se olvida y la relación entre aprendiendo y docente es fría y distante, lo que en mi opinión puede obstaculizar el aprendizaje.
Muchas gracias por tu blog y un saludo,
Paloma.
Gracias, Paloma. Creo que lo más importante para mis estudiantes, antes que nada, es que les muestre que me preocupo por ellos, como personas, y por su aprendizaje. También, respecto a la cuestión de si existen unas características que señalen inequívocamente a un buen docente, Williams y Burden (1999) se refieren a lo complicado que resulta intentar hacer una lista de características, ya que, en primer lugar, habría que precisar exactamente qué queremos decir con cada una de las etiquetas que asociamos con un buen profesor y, en segundo lugar, una cosa es lo que los docentes mismos declaran sobre qué características son necesarias y otra muy distinta lo que demuestran con su actuación. No es tan sencillo.
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